Cena maridaje Caves Perelada

Este post llega con retraso, y no solo porque el evento en cuestión tuvo lugar el 1 de Marzo, sino porque al organizador del mismo le debo una líneas desde hace tiempo.

Salvador Boada es el chef propietario del Restaurant Diagonal, un restaurante familiar situado en el pueblo costero de Pineda de Mar, en la Costa de Barcelona. En un pueblo como este al comercio y la restauración le resulta complicado sobrevivir, pero Salva ha sabido buscar alternativas para hacer su oferta más atrayente.
Su cocina de mercado es de base tradicional catalana, aunque en su carta también pueden encontrarse platos muy actuales. Personalmente destaco los arroces, que a mi parecer los borda, ya sean secos, melosos o caldosos. Todos me gustan.

Fuera de carta, las diferentes propuestas que ofrece el Restaurant Diagonal van desde las Jornadas Gastronómicas, dedicadas al bacalao, al arroz o al otoño gastronómico, hasta cenas de singles, fiestas privadas o la que hoy protagoniza el post, las cenas maridaje.
Esta última proposición es toda una tentación para los amantes de la cocina sincera y del mundo del vino.

El maridaje que ofreció el primero de marzo se realizaba en colaboración con Caves Perelada, y empezaba con una “Crema de cigalas” muy sabrosa y agradablemente intensa, para la que se eligió un “Cigonyes blanc” 2010, un Empordà elaborado con Macabeu y Sauvignon blanc cuya frescura combinaba a la perfección. En nariz tiene notas herbáceas y frutales, y en boca es un vino amable con un toque ácido compensado.

A continuación uno de los ingredientes complicados de maridar, la alcachofa, aunque en esta versión juega la agudeza del chef que la rellena de brandada de bacalao y la acompaña de un cremoso rissotto. Para la ocasión un cabernet sauvignon rosado 2010, un monovarietal muy goloso, con notas frutales, fresco y muy aromático.

El siguiente plato, “Suprema de lubina con concassé de tomate sobre cama de berenjena”, es una opción, a mi parecer, un poco arriesgada para una ocasión como esta en la que tienen que salir tantos platos al mismo tiempo. La unión de ingredientes estaba muy acertada pero el pescado, para mi gusto, estaba una pizca hecho, aunque debo decir que cada vez me gusta más crudo. El maridaje se realizaba con un Cava Brut Nature Vintage 2008, ligeramente afrutado y sutil, aunque con un final algo seco.

“Los medallones de ternera con tempura de verduritas y espárragos verdes” estaban sublimes, muy jugosos y se deshacían. Les acompañaba un tinto Finca Espolla 2008, elaborado con un coupage de uva monastrell y sirah. Intenso a la vez que fresco, con un agradable sabor a fruta madura y de final marcado por los taninos.

El final dulce lo puso una “mousse de crema catalana”, una excelente opción para el vino escogido para el postre, el Garnatxa de l’Empordà. Se elabora con garnacha negra en su mayoría y con algo de garnacha blanca. Es un vino oloroso y dulce, con notas de frutos secos.

Una cena apetitosa, vinos bien escogidos y buena compañía. Qué más se puede pedir? Pues una relación calidad-precio excepcional y un servicio atento y amable.